Introducción: el marco presuposicionalista
La apologética presuposicionalista sostiene que toda interpretación de la realidad parte de presupuestos fundamentales ineludibles, siendo el principal el testimonio revelado de Dios en las Escrituras. Bajo esta óptica, la razón humana no es autónoma, sino que requiere partir de Dios y de Su Palabra revelada como norma normativa para comprender el mundo. Aunque el término “presuposicionalismo” es moderno, encontramos en San Isidoro de Sevilla (c. 560–636) un antecedente: su obra De natura rerum, a menudo traducida como Del Universo, parte de la Sagrada Escritura y de la autoridad patrística para ordenar el saber, rechazando el sincretismo pagano de su tiempo.
I. Contexto histórico y literario de De Universo
Tras la caída del imperio romano, los reinos visigodos asumieron una herencia intelectual fragmentada: pervivían saberes clásicos, herejías arrianas y formas de religiosidad popular. Así el cristianismo necesitaba una síntesis ordenada del conocimiento natural, teológico y moral, libre de mitologías paganas. Compuesta en doce libros, la obra de San Isidoro de Sevilla agrupa nociones de cosmología, meteorología, geografía, anatomía y ética. Su fin principal no es meramente enciclopédico, sino servir de manual de instrucción para clérigos y laicos ilustrados, apoyándose siempre en la Escritura y autores patrísticos.
II. Presuposiciones bíblicas en la interpretación de los fenómenos
Isidoro abre cada sección recordando que “Dios hizo el cielo y la tierra” (Génesis 1:1), estableciendo que todo fenómeno natural deriva de Su voluntad soberana. Tal es el ejemplo al describir los eclipses, donde cita la subordinación del sol y la luna a la providencia divina, rechazando con ello los relatos mitológicos de dioses sol y luna enfrentados. También San Isidoro presupone la creación “de la nada” (ex nihilo), en contraposición a la doctrina eterna de la materia defendida por algunos filósofos paganos. Cada criatura es contingente y su comprensión sólo es posible al reconocer su dependencia constante del Creador. También San Isidoro no reduce los fenómenos naturales a meros procesos mecánicos, sino que los inserta en una teleología que apunta al fin último: la gloria de Dios y la salvación del hombre. Así, la descripción de las estaciones del año va acompañada de exhortaciones a la temperancia y la gratitud, evocando Romanos 1:20; “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y divinidad, se hacen claramente visibles…”
III. Contraste con la interpretación pagana
Mientras el paganismo relataba tormentas como disputas de dioses menores, Isidoro las explica con claves físicas (vientos, nubes) y las subordina a la justicia divina, no a caprichos divinos humanos. Al hablar de los vientos, no recurre a Eolo, sino a “vientos celestiales” gobernados por la ley creada. Con ello critica a los filósofos que, sin revelación, construyen sistemas especulativos de los cuatro elementos (tierra, agua, aire, fuego) desligados de la Escritura. Para Isidoro, el conocimiento de estos elementos debe partir de la bondad de Dios y su fin moral, no de abstracciones helénicas que ignoran la Caída y la Redención. Por otro lado, San Isidoro adopta datos de Plinio, Aristóteles y Cicerón, pero siempre «bajo supervisión»: cita sus opiniones y contrapone «pero la Escritura [siempre] dice…», de modo que el saber antiguo sirve de ilustración, no de autoridad suprema. Por ejemplo: en geografía, corrige errores clásicos sobre las regiones más allá del océano Atlántico al considerar la afirmación bíblica de que la tierra fue poblada desde un punto central tras el Diluvio.
IV. Valoración crítica y legado
Su método presuposicional—es decir, partir de Dios y la Escritura como única base válida—asegura que su enciclopedia no disgrega el saber en compartimentos estancos sino que lo unifica teológica y moralmente. De este modo De Universo fue sin duda el manual de referencia hasta el Renacimiento, moldeando la visión cristiana del cosmos en la Escolástica temprana. San Isidoro fue precursor de la teología de la creación: los principios que estableció enriqueceron escritos posteriores de Beda, Alberto Magno y Tomás de Aquino.
V. Citas y referencias
A continuación se presentan varias citas destacadas de De natura rerum (también conocida como Del Universo) de San Isidoro de Sevilla, con indicación aproximada de su localización interna. Esto ilustrará cómo él fundamenta todo conocimiento natural en la revelación divina y rechaza las explicaciones paganas:
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Sobre el origen y orden de la creación
“Omnia a Deo creata sunt ad mirabilem ordinem, nullo motore aliunde regente, sed ab eo principiata et gubernata.” (Todas las cosas han sido creadas por Dios para un orden admirable, sin otro motor que las gobierne, sino iniciadas y dirigidas por Él)
(Libro I, cap. 1) -
Contra la mitología solar y lunar
“Sol et luna non sunt ut sibi ipsis gloriam tribuant, sed ut laudes Creatori referant et hominibus lumen praebeant.” (El sol y la luna no existen para atribuirse gloria a sí mismos, sino para devolver alabanzas al Creador y proporcionar luz a los hombres)
(Libro III, cap. 4) -
La dependencia de los cuatro elementos
“Elementa in quattuor dispositae sunt; terra humilis, aqua liquida, aer elevatus, ignis igneus, non ex natura sua sed ex divina dispositione.” (Los elementos están dispuestos en cuatro: la tierra, humilde; el agua, líquida; el aire, elevado; el fuego, ígneo; no por su propia naturaleza, sino por disposición divina)
(Libro V, cap. 2) -
Providencia en vientos y mareas
“Ventorum impetu et fluctuum cursu non casus regnat, sed divina providentia universum moderatur.” (No reina el azar en el ímpetu de los vientos ni en el curso de las mareas, sino que la providencia divina gobierna todo el universo)
(Libro VII, cap. 6) -
Uso moral de la naturaleza
“Terra, aqua, aer et ignis omnibus utilia sunt, ut homo scilicet Dei dona in laudem et usum suum in virtute eorum conficiat.” (Tierra, agua, aire y fuego son útiles para todos, para que el hombre emplee los dones de Dios en alabanza y los use en virtud)
(Libro VI, cap. 1) -
Crítica a los sabios paganos
“Scriptores Graeci, siquidem errant in observationibus naturalibus, corrigenda sunt in luce divinae revelationis.” (Los escritores griegos, pues yerran en sus observaciones de la naturaleza, deben corregirse a la luz de la revelación divina)
(Libro II, cap. 3) -
Fundamento bíblico del conocimiento natural
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y divinidad, se hacen claramente visibles…”
(Romanos 1:20 RVR1960)
Estas citas muestran cómo Isidoro:
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Presupone la Soberanía de Dios como causa primera de todo (1).
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Rechaza las explicaciones mitológicas del paganismo (2–4).
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Integra la revelación bíblica en toda descripción de la naturaleza (6–7).
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Apunta a una ética del uso de la creación para la alabanza de Dios (5).
Conclusión
El De Universo de San Isidoro de Sevilla encarna un enfoque verdaderamente “presuposicionalista” antes del surgimiento de la apologética moderna: su cosmovisión parte inquebrantablemente de la revelación divina, valora críticamente las fuentes paganas y orienta todo conocimiento hacia la glorificación de Dios y la edificación del creyente. Frente a una cultura fragmentada por mitos y especulaciones sin anclaje, Isidoro ofrece un saber orgánicamente cristiano, en el cual la razón y la fe caminan de la mano, subordinando la curiosidad natural al discernimiento teológico y moral.