La fe salvadora

Día del Señor 7:
Catecismo Hispano 2025 – Para el Reino de Cristo

Vivimos en un mundo donde la fe suele presentarse como un sentimiento vago o una opción más en el mercado espiritual. Sin embargo, la Palabra de Dios, y con ella nuestro Catecismo Hispano – Para el Reino de Cristo, nos recuerda que la verdadera fe no es una emoción pasajera ni una fórmula mágica, sino una obra soberana del Espíritu Santo que injerta al creyente en Cristo para recibir todos sus beneficios eternos.

La fe no nace en el vacío, ni es una decisión humana aislada; es engendrada por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17), por lo tanto, la centralidad de la Escritura en el hogar es vital. Nuestros hijos no nacerán con esta fe, pero bajo el Pacto y la Promesa divina, han de ser instruidos fielmente en ella, con oración perseverante y testimonio vivo. El hogar pactual es un taller donde se modela la certeza de la fe, donde el Credo no es solo repetido, sino vivido y aplicado con temor reverente y gozo en Cristo.

La fe salvadora tiene contenido: se basa en La Historia de Redención divina, la cual debe ser confesada universalmente por la Iglesia de Cristo. De ahí la importancia de enseñar a nuestros hijos a confesar el Credo de los Apóstoles, y a conocer también la claridad doctrinal de Calcedonia y Atanasio. Estas confesiones no son reliquias de museo, sino escudos de la fe contra el error y faros que orientan al alma en medio del relativismo moderno.

El artículo de Fe no se trata solo de creer “algo sobre Dios”, sino de abrazar a Cristo mismo como Salvador y Señor, confiando exclusivamente en Su mérito. Por eso, el Catecismo declara con valentía que no todos los hombres son salvos, sino solo aquellos que, por la verdadera fe, son injertados en Él. Esta afirmación nos llama, como padres, a orar con fervor, a instruir con fidelidad, y a modelar una fe viva, que confíe en todo momento en la gracia suficiente de Cristo.

Querida familia, el Señor nos ha confiado el discipulado de la próxima generación del Reino. No les demos un cristianismo superficial. Forjemos en ellos, desde la niñez, una fe informada, segura y viva. Y así, con la ayuda del Espíritu, veremos a nuestros hijos confesar con nosotros: “Esta es la fe católica: que el que no la crea fiel y firmemente, no podrá salvarse.” Pero también, “Creo en Jesucristo… nuestro Señor.”

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *