El Mediador Revelado: Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre

Día del Señor 6:
Catecismo Hispano 2025 – Para el Reino de Cristo

En el corazón de nuestra fe está esta gloriosa verdad: Dios no envió un ángel, ni un simple hombre, sino a Su propio Hijo para redimirnos. Nuestro Señor Jesucristo, el único Mediador entre Dios y los hombres, es verdadero Dios y verdadero hombre. Esta doble naturaleza no es un detalle doctrinal abstracto; es la base de nuestra esperanza y la forma en que Dios mismo se acercó a nuestras miserias para levantarnos por gracia.

¿Por qué debía ser hombre? Porque nosotros, los hombres, pecamos. Y por eso, según la justicia de Dios, era necesario que un hombre pagara por ese pecado. Pero no podía ser cualquier hombre, sino un hombre justo: uno que no tuviera pecado propio, y así pudiera cargar el nuestro. Cristo asumió nuestra naturaleza, sin corrupción, para representarnos plenamente y obedecer donde nosotros fallamos (Rom. 5:19).

¿Y por qué también Dios? Porque ningún ser humano finito puede soportar la infinita ira de Dios ni ofrecer una vida de valor eterno. Solo el Dios fuerte puede resistir el juicio divino sin ser destruido, y solo Él puede resucitar venciendo a la muerte. Jesucristo no vino solo con compasión, sino con poder redentor (Isa. 9:6; Hech. 2:24).

Así enseñamos a nuestros hijos que nuestra salvación no viene de nosotros, ni de obras, ni de esfuerzos morales, sino de una Persona gloriosa: Jesús, verdadero hombre para representarnos; verdadero Dios para salvarnos. No seguimos a un mito, sino al Cristo anunciado desde el Edén (Gén. 3:15), prefigurado por los sacrificios, proclamado por los profetas, y revelado con plena claridad en el Evangelio (Heb. 1:1–2).

Como padres del pacto, nuestro llamado es mostrar a nuestros hijos a este Mediador en todo: en nuestra enseñanza, en nuestras disciplinas, en nuestros cultos familiares, y en nuestras oraciones. Que crezcan sabiendo que su esperanza no está en su obediencia, sino en la obediencia perfecta del Hijo amado.

Cristo es todo lo que necesitamos: sabiduría, justificación, santificación y redención (1 Cor. 1:30). Por eso, cada día, cada corrección, cada enseñanza, debe llevarlos a Él.

¿Quieres que tus hijos vivan seguros? Enséñales quién es su Mediador.

¿Te gustaría que crezcan sabiendo que no están solos? Recuérdales que Dios con nosotrosEmmanuel— camina con ellos.

¿Y tú? ¿Tienes este consuelo en tu corazón hoy?

Cristo no solo es suficiente para salvar; es suficiente para criar, consolar y transformar a toda familia que confía en Él.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *